Una nueva contratación representa una oportunidad valiosa, tanto para la persona que se incorpora al equipo como para la empresa que gana un nuevo refuerzo. Es una relación bidireccional que comienza a construirse desde el proceso de integración (onboarding).
Durante los primeros días de trabajo, la forma en que el nuevo colaborador es recibido puede determinar su motivación, la comprensión de la cultura interna y, en consecuencia, su permanencia en la organización.
“El onboarding es el momento de aclimatar al nuevo integrante. La cultura es como la música que suena dentro de la empresa: refleja lo que valoramos y transmitimos”, explica Marcelo Pirani, director de ABRH Brasil.
Transparencia y Coherencia Cultural
Durante la integración, es imprescindible que la persona recién llegada entienda no solo las normas internas, sino también su papel en el nuevo contexto.
“La empresa debe ser clara, comunicar de manera adecuada y reforzar lo que parece obvio para asegurar un alineamiento efectivo entre organización y colaborador”, afirma Pirani.
Uno de los errores más comunes es enmascarar la realidad del entorno laboral o no presentar sinceramente los valores practicados en el día a día. Para evitarlo, el proceso debe ser transparente y coherente con lo que realmente se vive dentro de la organización.
La entrega de manuales o guías de integración puede ser útil, siempre que no se limite al papel. “Revisar los manuales significa también traducirlos en la práctica, reflejando comportamientos y habilidades cotidianas”, destaca Pirani.
La lideranza juega aquí un papel central: “El líder debe estar preparado para ayudar a las personas a entender cómo actuarán y de qué manera pueden ofrecer lo mejor de su desempeño”, añade el director de ABRH Brasil.
Diversidad, Ética y Comportamiento
La integración también es un momento estratégico para establecer expectativas éticas y culturales, especialmente en lo que se refiere a la diversidad y las conductas adecuadas.
“Es necesario decirlo claramente, mirar a los ojos, mostrar nuestro compromiso con la diversidad y con las conductas correctas para no desviarnos de los comportamientos deseados”, concluye Pirani.
Desempeño, Retención y Alineamiento Ético
Un onboarding eficiente requiere planificación previa, una bienvenida cálida, claridad sobre misión, visión y valores, capacitaciones iniciales y la designación de un mentor que acompañe al nuevo integrante.
Así lo destaca Saulo Diniz, coordinador del curso de Recursos Humanos de Unifacex y conferencista especializado en humanización de la gestión de personas.
La forma en que se conduce el onboarding tiene un impacto directo en la retención y el rendimiento. Un buen proceso ayuda a reducir la ansiedad, genera sentido de pertenencia, alinea expectativas y deja una primera impresión positiva.
El desempeño se ve impulsado por factores como:
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rapidez en la adaptación,
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valores organizacionales motivadores,
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entornos de confianza y autonomía,
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fortalecimiento de relaciones internas.
Errores Comunes y Buenas Prácticas
Diniz alerta sobre fallas frecuentes en este proceso, como sobrecargar al nuevo empleado con información, no mostrar la cultura en la práctica, o no establecer puntos de control regulares para dar feedback y apoyo.
Las soluciones incluyen:
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dividir el contenido en etapas,
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reforzar la cultura con ejemplos concretos,
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crear espacios de diálogo continuo.
Los manuales de integración son herramientas clave para uniformar la comunicación, acelerar la adaptación y minimizar dudas.
Reforzando la Prevención de Prácticas Abusivas
El proceso de integración es también el momento ideal para reforzar el compromiso de la empresa con un entorno ético y seguro. Diniz enumera cinco medidas fundamentales para lograrlo:
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Formación en ética y respeto.
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Canales de denuncia efectivos.
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Creación y difusión de políticas antidiscriminatorias.
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Liderazgo consciente y responsable.
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Monitoreo continuo de las prácticas internas.
Fuente: Revista Conmax