Comprender los indicadores de resultados empresariales va mucho más allá del simple cálculo de la diferencia entre ingresos y gastos, requiriendo atención a aspectos clave del capital de la empresa.
Toda empresa necesita generar ganancia para mantenerse en el mercado, y esta es una perspectiva clara desde la visión del emprendedor, que espera obtener retorno sobre su inversión. Conceptualmente, la lógica es inequívoca, pero en la práctica la complejidad aparece.
Existen negocios que generan flujo de caja sin necesariamente generar ganancia; y al contrario, hay empresas contablemente rentables que carecen de liquidez inmediata. Estas situaciones demuestran que no basta con restar ingresos y gastos para retirar o reinvertir lo que sobra: es necesario evaluar la dinámica financiera.
Facturación, Ganancia y Flujo de Caja: Indicadores Clave
Facturación, rentabilidad y flujo de caja son los principales indicadores a considerar para evaluar correctamente la salud financiera de la empresa. Para ello, se requieren informaciones confiables que respalden todos los cálculos y la toma de decisiones.
“En la mayoría de los casos, el problema comienza con la obtención de datos. El empresario no sabe exactamente cuánto facturó, solo tiene una idea”, explica Cristiano Corrêa, coordinador de los cursos de MBA en Negocios del Ibmec SP.
“Después de facturar, hay una serie de cosas que ocurren antes de que el dinero de la ganancia esté disponible. Confundir facturación (ingresos generados por ventas) con ganancia (resultado de restar gastos a la facturación) es algo común. La ganancia es el resultado final, al final del proceso, después de cubrir todos los gastos”, añade.
La Complejidad del Flujo de Caja
Contablemente, la ganancia puede estar registrada en la Declaración de Resultados del Ejercicio (DRE), pero ese monto puede no estar disponible en caja.
Por ejemplo, una empresa factura R$100.000, con gastos por R$80.000. Su ganancia sería R$20.000, pero ese dinero puede no estar disponible si las ventas fueron a crédito a 60 días y los pagos a proveedores ocurren a 30 días.
Retirar la ganancia en ese momento dejaría al flujo de caja desbalanceado, y al siguiente mes, la empresa necesitará pagar R$80.000 a proveedores, generando un déficit que solo se equilibraría en el mes siguiente (y en caso de morosidad, la situación se complica aún más). Seguir este ciclo y ajustarlo es esencial para una gestión financiera eficiente.
Remuneración y Distribución de Ganancias
Marcos Moraes, CEO de Maya Consultoría y BPO financiero, señala que los pequeños y medianos negocios enfrentan un desafío crítico al diferenciar cuentas personales y empresariales durante la fase de crecimiento.
“El punto clave es entender la diferencia entre ingresos, remuneración del socio como ejecutivo y ganancia, que representa lo que sobra de la operación y puede formar parte de la remuneración solo si la operación tiene éxito”, explica Moraes.
La recomendación es definir un pró-labore adecuado y tratar la ganancia como remuneración variable, evitando depender del incremento de la ganancia para complementar un salario fijo bajo.
Integración de Contabilidad y Gestión
El análisis de la DRE, el balance y el flujo de caja debe realizarse de manera coordinada entre contabilidad y gestión.
“Los controles gerenciales permiten anticipar la capacidad de la empresa para cubrir salarios y determinar si la distribución de ganancia es viable”, indica Moraes.
Esta integración ayuda al empresario a comprender la dinámica financiera de la operación, mejorar la toma de decisiones y desarrollar estrategias que optimicen la gestión financiera.
Fuente: Revista CONMAX