Tiempo de lectura: 03 minutos
Por mucho que la tecnología haya estado presente en la vida cotidiana de la pandemia, los expertos sostienen que solo determinadas competencias exclusivamente humanas pueden sacarnos de la crisis.
La planificación y la previsibilidad son importantes, pero su dependencia puede paralizarte ante imprevistos. Admitir que nunca tienes control sobre todo crea la flexibilidad para ser audaz al enfrentar lo imponderable.
Aunque la tecnología ha facilitado el mapeo del ADN del coronavirus, fue el ingenio humano el que formuló las vacunas. Sin la capacidad de pensar en diferentes resultados, no hay innovación.
La apertura a cambiar de rumbo cuando la corriente no conduce al destino deseado te lleva a experimentar con posibilidades y aprender de los errores.
La experiencia del aprendizaje como proceso retroalimenta la resiliencia, la autoconfianza y la flexibilidad. Esta habilidad es indispensable para que las empresas se adapten a las necesidades del mercado provocadas por la actual crisis sanitaria, económica y climática.
Por muy buenos que sean los algoritmos para analizar el comportamiento, todavía no proporcionan respuestas a nivel emocional.
La empatía, la comprensión y la negociación son habilidades inherentemente humanas. Y hay que recordar que la intrincada red de consumidores, proveedores y empleados que permite el funcionamiento de una empresa está formada por personas.
Fue el intercambio de información entre la comunidad científica de todo el mundo lo que permitió el desarrollo de varias vacunas contra Covid-19 en un tiempo récord.
Este es solo un ejemplo de la importancia de que las empresas trabajen juntas, en colaboración entre ellas.
Fuente: Contas em Revista [Edición de junio y julio de 2021]